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14. MONS. LABACA/ VICARJATO DE AGUARICO Coca octubre de 1985 Después de los sucesos· sOngrientas a causo de la In vasión de tierras en la Comuna Poroto Yacu, hace unas reflexiones para los Agentes de Pastoral y fieles del Vicariato sobre el justo reparto de las tierras oriento/es. LA TIERRA Y LOS JNDIGENAS DEL ORIENTE ECUATORIANO Dos muertos y seis heridos, uno de ellos de gravedad, es el saldo trágico de un enfrentamiento armado entre colonos e indígenas, acaecido en el Oriente ecuatoriano, el 25 de septiembre último. No es fortuito este lamentable acontecimiento. Es más bien el resultado de una larga lústoria de atropellos. Y puede ser el inicio de otros más graves y dolorosos acontecimientos. Están de por medio la vida , la verdad, la justicia, la paz, el amor entre hermanos. Y es nuestro deber de ecuatorianos y de pastores del Pueblo de Dios decir nuestra palabra, inspirada en el Evangelio. Desde el Evangelio, reconocemos y declaramos que no es de nuestra compe– tencia proponer soluciones concretas y técnicas; pero sí ofrecer principios o criterios que ayuden a encontrar una solución justa y equilibrada. COMPLEJIDAD DEL PROBLEMA. Estos grandes y trascendentales valores que acabamos de mencionar deben proyectar luz en el confuso laberinto de múltiples y encontra~os intereses de individuos, pueblos e instituciones. Concretamente, en el conflicto que nos ocupa, entran en juego las aspira– ciones de las comunidades indígenas del Oriente ecuatoriano, de las organiza– ciones de los colonos, de algunas personas determinadas, y tienen que ver las autoridades locales y provinciales, los militares, los funcionarios del Instituto Ecuatoriano de Reforma Agraria y Colonización (IERAC),las empresas naciona· les y transnacionales, los funcionarios de algunos Mmisterios del Gobierno y el mismo Gobierno ecuatoriano. La multiplicidad y contraposición de intereses y propósitos llevan a la reali– zación o a la omisión de acciones que generan el conflicto. ¿Qué acciones se enmarcan dentro del respeto a la vida, a la verdad, a la relación fraterna? ¿Qué intereses y qué propósitos se enmarcan dentro de los principios del derecho y la justicia? ¿Cuál es el derecho que asiste a las comunidades indígenas y a las organiza- ciones de colonos? ¿Cuál es la misión del Gobierno y de sus funcionarios? ¿Cuáles son, en consecuencia, los deberes de cada uno? Somos conscientes de la complejidad del problema. Sin embargo, nos alienta la esperanza de poder encontrar algunas luces que ayuden a todos a realizar un acertado discernimiento y a actuar en consecuencia. 307

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