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E N ERO- 1962 Hacia las 10 a.m. bajé para ir a la reunión proyectada en Pañacocha. Llegué sin novedad a la Boca del Cuyabeno. 2 De mañanita subí hasta Montecristi a coger el varadero de Pañacocha. Me acompañaban Simón, Alicia y Rogelio. Comen– zamos a las 10,15 y salimos al Napa, sin novedad, a las 4 p.m. 3-7 Me los pasé muy agradablemente en Pañacocha en compañía de todos los Padres de la Misión. 8 A las 7 a.m. me despedía del P. Camilo y comenzaba la pica de regreso . Matamos dos pavas y un sajino. Pero lo serio fue al salir al Aguarico, a la 1 p.m.: La canoa de motor se había largado. Hicimos una pequeña balsa y Rogelio y yo bajamos al garete en cinco horas hasta el Cuyabeno. Llegamos a las 8 de la noche. Alicia y Simón se quedaron cuidando las cosas. 9 Dos soldados subieron en una canoa a bajar a mis bogas. Gracias a Dios que mi canoa la habían detenido en Cuyabeno. De Montecristi llegaron a las 7 p.m. 10 Subimos ya para Cuyabeno. En Aguas Negras paramos para poner grasa al motor y ya no nos quiso prender. Se había quema– do el empaque. La llave inglesa o de pico de lora se le olvidó a Rogelio en casa y como no había medio para cambiar el empaque tuvimos que echar palanca. A las 8 p.m. llegamos a Montúfar. 11 Seguimos nuestro viaje a palanca, y sin novedad nos presenta- 182 mos en casa a las 3 p.m. Inmediatamente me vinieron a visitar Fernando el curaca, Reinaldo y la Maruja, quizá para quitar el mal gusto del día 31 pasado.

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