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6 En la tarde llegaron en una canoa a motor, con un 40 HP, los siguientes militares: los médicos de Tiputini, dos sargentos, un teniente, dos hijos del médico; de la Boca llegó un soldado, y de Montúfar, dos soldados. Se llevaron un guacamayo rojo precioso por sólo quince sucres; un chichico por veinte, y un "urugüe" por diez. Se fueron satisfechos por las cosas que llevaron tan típicas de por aquí. Todas estas compras las hicieron en casa del Curaca. 7 Nos visitan hoy bastantes loras. Vienen a aprovechar la chon- ta madura que no coge nadie, y están al rededor de la casa. 9 Los buenos cazadores de casa de José, o sea, los hijos, Simón y Vicente, tienen cogidas tres pieles de nutria y más de siete de sajino, 9ue les producirán unos cuantos sucres. Por fin cayo en la trampa el tigrillo que estaba liquidando las gallinas de casa de Cesáreo. A este "criminal" lo mataron en la horca, con una cuerda al cuello y jalando duro. 10 Jueves. Amanecí con paludismo, que duró todo el día. Esto es corriente en estos climas tropicales. Por la noche se oye el rugido de algún tigre que anda a horas nocturnas al rededor de estos lugares. 14 Lunes. Sale un día de verano majestuoso. Las avionetas de los militares pasan por encima, hacia el Putumayo, por lo menos dos veces, y nos enteramos de que están terminando la pista de Zancudo para avionetas y que los trabajadores regresan a Coca. 19 Luis Payaguaje me cuenta los proyectos que tiene. Piensa ha- cer un potrero para criar abundantes cerdos y tal vez alguna vaca. Actualmente tiene dos cerdos con seis gorrines y un hermoso pla– tanar. En las demás casas se han echado también bastantes cerdos y en casi todas tienen uno, dos o más. También abundan en las casas las gallinas, las loras, chichicos y numerosos perros. 20 Mientras la gente está paseando y cazando, el Curaca en su casa hace hamaca, con cuerda hecha de antemano con chambira. La gente, cuando vienen del monte, le llevan las primicias al Curaca, bien sea carne o pescado. 177