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Desde la llegada nuestra, hace poco más de un año, a esta fundación del Cuyabeno, se va notando visiblemente el cambio que se está operando entre nuestros indiecitos. Cuando llegamos nos salieron a recibir hombres, mujeres, niños... y para nosotros todos eran mujeres, pues todos llevaron casi igual indumentaria: el Cushma o camisón de pies a cabeza, pelo lárgo hasta los hombros, hombres y mujeres, y todos ellos pintados y · con coronas y collares y plumas de pájaros en las orejas y nariz. Los niños y niñas al principio acudían a la escuela con Cushma y pelo hasta los hombros. La tijera de fray Antonio se encargó inmediatamente de poner sus cabecicas dignas de ser presentadas en cualquier colegio "civilizado" : a los niños con el pelo "para raya" y a las niñas a lo "garzón", parecido a la me– lena. Su compostura en la iglesia también es mejor : rezan bastante bien y están aprendiendo bien los cánticos de la escuela e iglesia. Pero esto supone mucho sacrificio, por la dificultad del lenguaje y el horror que supone para ellos el menor indicio de disciplina, debido a su carácter selvático, acostumbrados a que nadie les "tosa". Pero la marcha es muy lenta para nuestro temperamento un tanto impaciente. Materialmente poco o nada avanzamos: La pista, comenzada con tanto entusiasmo, se halla paralizada y muerta, por falta de recursos y en espera de órdenes superiores; también urge, para el l?uen decoro y moralidad del internado, la separación de niños y niñas, pues aunque son familiares y pocos, no por esto es menos importante la separación, y para ello se necesita otra casita más. Otra para los Padres, pues la actual, además de ser una "regade– ra", no reune condiciones para vivir los Padres y recibir a la gente, pues en la actualidad la gente invade todas las dependen– cias de la casa, sin tener un lugar donde el ojo curioso del indio no pueda escudriñar, ni para echar la siesta sin que varios pares de ojos lo estén observando y metiendo ruido. Estas y otras dificultades se van creando con el tiempo y que la Divina Provi– dencia las resolverá a su tiempo... Mientras las demás residencias de la Misión van subiendo materialmente como la espuma, el Cuyabeno sigue poco más o menos como el primer día, ¿por qué será? ... 169

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