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Cuando subí me encontré con la consabida chuma. El 9, al mediodía, entre cuatro, los de abajo, contra tres de arriba arma– ron una de miedo. Y por la noche otra que los dividió, y se fue– ron la mitad a una casa y a otra la otra mitad. 11 Hoy se casaron improvisadamente Angel con Lunatilde y Reinaldo con Maruja. Comencé la escuela después de las vacacio– nes de Navidad. 14 Entró la avioneta con un matrimonio amigo de los que están aquí. Los saludé porque pasaron por aquí cuando yo estaba en la escuela. El avión vino tarde e hizo noche aquí. 15 Salió de mañanita y por la tarde vino con Dn. Elías y Dña. Merecitas e hijos. El avión vino a las 4,30 y salió enseguida. Todos fueron a recibirlos adornados y pintados. Los perros y los niños se quedaron en casa, unos aullando y otros llorando. 16 Sábado. Por la mañana me fui a pescar con los hijos de Tangoy para entretenerlos. Al medio día llegaron de las Cochas Regí, Gilberto, Reinaldo, Cesáreo y Esteban. Trajeron la carne de 20 huanganas. Se fueron el martes, 12. En casa de Cesáreo saludé a Dn. Elías que iba ya con cushma y machete. 19 Bajé a remo hasta Zancudo, sin más novedad que una buena tostada de sol y las manos cncallecidas. El correo lo encontré cerca de Zancudo. 20 Pasé todo el día en Zancudo. Por la noche llegó la lancha militar de abastecimientos con el Teniente Coronel Chávez y el Subteniente Guillermo Hidalgo. 21 Subí con ellos hasta Montúfar. Nos acompañó el Teniente Silva. 22 Por la mañanita nos subimos al Cuyabeno. Estuvieron nada más que un ratito, porque tenían mucha prisa. Por la tarde le cur~ a Reinaldo de una picadura de paña. Pues, a la hora escasa, le VI pasar con la mano curada por los gringos. Les dije barbarida– des y c~ando les vea a ellos, también. Las intenciones que pueden perseguir se ven claras. 138

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