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12 Hoy están preparando el yagé. Y además con los forasteros tendrán alguna buena fiesta. Esperaremos acontecimientos ma– ñana. Hacia las 12 de la mañana, se alborotaron los indios, oyen– do el avión de los gringos que, efectivamente, aterrizó. El capitán Smith, con el encargado de los talleres de Limoncocha. lnspec- . cionaron la pista y se marcharon. Y o les saludé y les invité a comer y ver mi casa, pero no aceptaron. 13 Domingo. Por la mañanita me fui a Montúfar a decir Misa. En casa dije hacia las 11 de la mañana. Estuvieron casi todos. Y como hay forasteros, la capilla resultaba casi pequeña. Les planteé en serio el asunto de la escuela. Por la noche, después de cenar, vino Gabriel a quejarse que Luisito y Darío habían huído a Colombia con sus respectivas mujeres. Hoy tuvieron la chicha en casa de la gringa. No duró más que hasta media tarde. Del todo no se chumó nadie. 14 Vino la familia de los gringos. 22 Para esta fecha ya ha venido el avión 4 veces. 23-24 No ocurrió nada especial. Celinda riñe con Alicia, se desparra– ma la escuela y en modo alguno quieren obedecer las llamadas. "Aguanta, ríete y sigue adelante". 25 El día de Navidad como otro día cualquiera. Por la m:~,ñana les di unos cigarros y una copita. El gringo me regaló una latita con pastas hechas por su mujer. Muy buenas. 26 Les devolví la lata con pastas hechas por el Hermanito, y en recompensa por la comida que me dieron el día 17, le llevé al gringo a la Cocha. Todo por el cumplimiento. 27 Domingo. Vinieron bien a Misa. Les advertí que no tuvieran miedo al Padre y que por la noche no vinieran a mi casa a jugar a "novios". Se reían, pero creo que vieron claro. Por la tarde aterrizó la avioneta lingüista al volver del Putumayo. Viajaban Sneider, un piloto militar y el Comandante de Pastaza. Sneider me mandó llamar. Prometieron otra visita larga para charlar más. 136

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