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"YA MISMO LLEGANDO" Las quillas pequeñas a una y otra orilla del río y los pequeños cultivos de plátano denunciaban la presencia del hombre. El moto– rista para de repente el motor, pero a pesar de todo no salva un banco de arena, en el que se ·sienta la canoa. Mientras se realizan las maniobras para desencallar, se acerca un Cushma Siona para saludar– nos: "¿cómo estando?". "Bien" -contestamos a coro. Y pregunta– mos a coro : "¿oónde viviendo vosotros?" . "Ya mismo llegando - res– pondió-. Cerca estando". Enseguida salieron de la selva su mujer y sus tres hijos y sólo curiosearon lo que llevábamos, sin decir ni una sola palabra. Poco más adelante cuatro niños, al oír el motor, abandonan sus quillas en el río y se pierden entre unos sembríos de plátano y yuca. LOS CUSHMAS SE ASUSTAN AL VERNOS Agobiados por el cansancio pero llenos de entusiasmo y saturados de alegría, a las cuatro de la tarde llegamos a la tribu de los Cushmas Sionas. Infinidad de mariposas bellas y variadas, unas verdes con una delgada cola larga blanca, otras azul celeste con una faja ancha color chocolate en el centro revolotean alrededor de nuestra ca..ca, como vecinas que vienen a saludar a los visitantes. Al detenernos se posan, atrevidas, sobre nuestro cuello y cabeza, de donde tenemos que alejarlas porque sus picaduras nos molestan. Nuestra inesperada visita es todo un acontecimiento que, a excep– ción de esos animalitos, ha sembrado el desconcierto en todos los indios. Grandes y pequeños corren alocados en toda dirección y nadie se acerca a saludamos. ¿será emoción, respeto, alegría, miedo? No había más remedio que aparentar serenidad y brindar confianza a la gente para que desaparezca de ellos el nerviosismo. Recorrimos inmediatamente las casas para saludar e invitar al rezo del santo Rosa– rio a todos. La última visita fue para el Gobernador. Fernando, así se llamaba la autoridad de la tribu, era un hombre sencillo y amable, parco en palabras, pero de prestigio entre los suyos. Pudimos cerciorarnos de que todos lo respetan , le obedecen y le quieren. 111