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estará en moverse con unidad, con pasitos acompasados, unas veces para adelante y otras para atrás, acompañando sus pasos con balan– ceos del cuerpo de derecha a izquierda. El baile parece, y en realidad es, muy monótono y aburrido, pero divierte y entretiene a los indios durante varios días seguidos. CARNE DE MONO Uno de los padrinos organizadores de la fiesta, más por interés que por orra cosa, abandonando por unos momentos el rancho en que se celebraba el baile, se presentó en nuestra casa ofreciéndonos una mano de mono. Para ellos la carne de mono es uno de los alimen– tos más exquisitos. Los pobres monos, no obstante su astucia, caen pJr cientos en manos de los indígenas. Le pagamos una cajetilla de cigarrillos y con la satisfacción reflejada en su rostro corrió a conti– nuar la fiesta. Entretanto, aprovechando un momento que estábamos solos, arrojamos la carne de mono a los perros. Ni los colmillos caninos podían horadar la carne, y menos todavía separarla del hueso. En una semana al fuego vivo no se hubiera ablandado aquella carne de mono chorongo. LOS NIJ\IOS GRANDES JUEGAN COMO LOS PEQUEJ\IOS Un día antes de marcharnos me ocurrió enseñarles algunos juguetes, collares y otras baratijas que llevé para obsequiar a los niños. Nunca podía imaginarme que aquellas fruslerías fueran del agrado de hombres :' mujeres, más que de los pequeños. Cada silbato o fbutJ que sacaba dd maletín tenía que ser tocado por el Goberna– dor, por el Curaca y por todas las personas mayores. El problema que se me planteaba iba a ser msoluble. A la hora del reparto sería impo– sibk contentar a todos porque a los mayores se les antojaba lo que en rcalid ~Id era propio de los ecqueños. Menos mal que todo se hizo sin protestas de ninguna clase, todos quedaron contentos, ya que el fallo y !:1 distribución que hizo el Gobernador contentó a todos. El día de nuestra despedida, después de repetir las explicaciones de cateci~mo que había dado, les repartí algunos cigarrillos y carame– los. Antes de embarcar saludamos a mujeres y niños que, a una simple insinuación del Gobernador, iban a encerrarse en sus casas. lOO

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