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10. Kalabozo batían bertsuen paratzen, goseak il urrena, otzak akabatzen, ez da enbusteria, ala ari nintzen. Pasa baino errexago dirade kontatzen: Anima defuntuak naute anparatzen. Compuse estos versos .en un calabozo, muerto d-e ham– bre, aterido de frío. No miento al decir que así me hallaba. Más fácil es de contar que no de soportar. Las Animas benditas me amparan. Recomendamos al lector el articulo del P. DoNOSTIA, Apuntes de Folklore Vasco. Los Guardianas de Belate, en «Boletín de la Real Sociedad Vascongada de los Amigos del País», 1949, págs. 309-321, y la obra de JosÉ MARÍA IRIBARREN, El Moro Corellano y los Bandidos de Lanz, Pam– plona, 1955, págs. 89 ss. Se leerá también con gusto Bela– teko Lapurrak, del P. ROMÁN DE VERA, en «Euskal-Esnalea», 1915, págs. 134-138, gracioso relato de un robo de los dichos Guardianas o Bandidos a una mujer que viajaba de Pam– plona a Oronoz (Baztán, AN). Anotó la melodía el P. DoNOSTIA en Arrayaz (Baztán, AN) el día 1 de febrero de 1912. Cuando al texto, además del publicado en el mencionado artículo, recogió otras tres versiones, que obran en su Archivo. Posteriormente ha puesto en nuestras manos MR. L. DASSANCE una quinta ver– sión, que ofrece dos particularidades notables: la de ser la más completa hasta la fecha, con 24 estrofas, y la de haber sido copiada el 2 de febrero de 1821 en un cuaderno recientemente descubierto, es decir, dos años y dos meses después de cumplida la sentencia de la Real Corte del Reino de Navarra. Damos, en versión ecléctica, diez estrofas, las de ca– rácter narrativo, omitidas las de índole moral, que no real– zan mayormente ni la atrocidad de los crímenes, ni la ejemplaridad del castigo. 18

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