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CARTA 6 EL HOMBRE IDEAL Carisimo en Cristo : Me voy dando cuenta por sus cartas de que usted es hombre de inteligencia, pues al penetrarse de mis enseñanzas luego saca las consecuen– cias que de ellas se derivan en buena lógica. Después de hablarle yo en mi última de cómo debe conducirse para vivir como hombre, usted, en sus de– seos de rectitud y perfeccionamiento, me ruega en la suya que, en breves pinceladas, le trace la Imagen del hombre Ideal a fin de poder esforzarse en copiar, en s!, el modelo por m! propuesto. Me place su proposición. Usted sabe Historia, ¿ver– dad? Pues en ella puede ver los diversos tipos de hom– bres que han atraído las miradas de la humanidad y se han tenido por acabados ideales de hombr!a. Entre ellos tenemos, ante todo, el hombre de fuerza. Varios son los pueblos de la Antigüedad que han puesto sus ojos en sus héroes. Al verlos realizar tan extraor– dinarias hazañas los tenian como hombres de la mis– ma raza de los dioses. Cierto que los héroes de la Historia y de la Leyenda son dignos de alabanza. La fortaleza supone virilidad. Mas los hombres fuertes pueden tener sus debilidades. La fortaleza f!sica no va siempre unida a la fortaleza -33-

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