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CARTA 5 VIVIR COMO HOMBRR Carisimo en Cristo: Reconozco, en la carta de usted, el buen deseo que le anima de ir poniendo en práctica mis enseñanzas. Aplaudo fervorosamente ese deseo que tiene de realizar el principio de que toda doctrina debe repercutir en nuestra conducta. Después de aprender lo que es el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, y Que es más grande que la tierra, el mar y el cielo, saca usted la consecuencia que formula en esta pregunta: «¿Qué debo hacer para vivir como hombre'?» Pregunta es ésta, mi querido ami– go, no tan fácil de contestar, pues su respuesta encie– rra todo un tratado de Moral o, si quiere usted, de Ascética cristiana. Pero yo le voy a responder en pocas palabras. Para vivir como hombre, ante todo, es menester guiar– se, en nuestro modo de obrar, por la luz con que Dios · ha querido esclarecer nuestra alma, que es la razón. El hombre es una criatura racional, y como tal debe portarse. La razón nos dice lo que es recto y justo, lo que debemos hacer para que nuestras acciones sean bue– nas, dignas de recompensa. La razón debe siempre so– breponerse al apetito, que es la parte sensible del hom– bre, el cual no busca precisamente lo que es bueno, sino -28-