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condecoración; una cruz, mia medalla de escaso valor, como todo lo que es temporal y que hay que dejar con la muerte. Los antiguos gladiadores salfan a la pales– tra, y los corredores corr!an en el estadio por alcanzar •una corona corruptible. . Usted, como soldado de Cristo, ha de luchar y co– rrer por alcanzar una corona inmortal, un premio eterno que nadie podrá arrebatarle. Termino la carta con estas palabras de San Pablo: . «Corred de· tal manera que ganéis el premio.» Corra usted por el camino de la virtud venciendo siempre todas las dificultades que surgen en el cumpli– miento de su deber, porque sólo los que pelean legíti– mamente pueden alcanzar el premio que le desea su afect!simo en Cristo Jesús, FR. c. DE V . .:__ 184 -