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CARTA 3 MATERIA Y ESPIRITU Carfsimo en Cristo : Por lo que veo, mi última carta le produjo un efecto mayor del que yo deseaba Me dice · que la recibió en la hora precisa de partir a la oficina, y que antes de ponerse a trabajar comenzó a leerla con toda detención. Impresionado por su lectura, no podfa apartar las ideas de ella, que le venfan a la mente du– rante el trabajo. Terminó la hora de la oficina y en vez de ir, como de costumbre, al café a pasar un rato dE' expansión con sus amigos, se fué a casa, se-encerró en su gabinete y, a sus solas, volvió a leer mi carta y se quedó pensando en su contenido. «Me ·ci:mcentré en mf mismo-me dice usted-siguien– do sus consejos y, como nunca en la vida, quedé en abstracción de todas las cosas terrenas; pero al entrar en' mi interior no perclbi la luz que usted me indicaba, sino que hallé en e.I fondo de mi mismo un caos horri– ble lleno de enigmas. Me di cuenta de que en mi hay grandeza y pequeñez, aspiraciones de ángel e instin– tos da bestia. Y... (¡se lo digo con harta pena!) tuve horror de mi mismo. Asi es que esa concentración de que usted me habla hay' que dejarla para los místicos. Para mi me parece perjudicial, y mejor me será seguir -18-