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CARTA 34 NAUFRAGIOS DE LA VIDA Carisimo en Cristo: Lamento sobre manera la fla– queza de que usted ha sido víctima. Ahora me explico la tardanza ·de su carta. Hombre al fin, ha tenido la más vergonzosa caída. «La tentación-me cuenta en la suya-ha ido arre– ciando con más intensidad. Yo, cada día, me sentía más débil para resistir y fuí poco a poco cediendo a sus . atractivos, hasta que, llegada la ocasión, di al olvido sus consejos y caí lo más bajo que puede imaginarse. »Era una noche estival. Mi familia se hallaba au– sente por el veraneo. Unos amigos me invitaron a cenar en un ·restaurant a. las afueras de la ciudad. En un jardín perfumado, bañado por los rayos de una luna de ensueño, escuchando la música bailable de la or– questa, comimos y bebimos sin freno. Tras esto, ya puede suponer lo que vino. Aquella fué una noche de verdadera orgía. Desde aquella noche sentí hervir en mi sangre deseos de nuevos goces. Me hallé Juego con la flor que, según le he contado a usted, se ha cruzado en mi camino; .y una y otra vez he gozado de ella as– pirando su perfume. »El día siguiente de la noche de orgía recibí su carta, pero me faltó ánimo para abrirla hasta ayer, que tuve - _170-