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Luego, en sucesi6n aparece un tambo y otro , palos sobre la arena dispuestos para la pesca y un tambo grande, de una agu~ ~on dos pequeñas quillas descansando en la arena . El Río del Tiempo se encañona entre dos paredes de greda en forma de grandes bloques tallados . Ese lugar debe ser profundísimo. Aún no está avanzado el día. Se limpia el ciel o y sal,e el sol de color de oro viejo. Los viajeros están tos– tados y han bajado de peso. Angel lo dice al apretarse el cin:tu.rón . En una playa hay un viejo tambo destruido , con los soportes á punto de caer al agua. El sitio es ideal para tomarse un baño , y alzar el campamento con luz. Miguel Angel y Juan Santos se miran mutuamente a la .cara y se echan a reír. Sus barbas han crecido mucho en dos semanas. En la cara de Miguel Angel los pelos blancos ya son mayoría. Juan Santos se atusa las dos pequeñas islas que avanzan por la barbilla pobladas de pelos , blancos también y duros . Angel ;:¡ ::anuel se han afeitado casi todos los días. Ahora los viajeros recuerdan juntos aquellos viejos días de colegio, días de imberbe experiencia y de largos sueños. Después de treinta años, unidos por los mismos ideales, con inmensa alegría los pueden sentir presentes, con el corazón maduro y un gozoso agradecimiento. Al meter sus cuerpos en el agua y sent irla tibia , los viajeros dicen un profundo igracias! por la certeza de haber combatido un buen combate . La cena , con un poco de imaginación por parte del cocinero les sienta de maravilla. Sopa de hongos, arroz y quínoa con un bello rosetón de tomate por encima , y los inefables, dulcísimos ya, plátanos maduros. - 86 -

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