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En las orillas se ve brotar la vida y el color. El vaho de las playas húmedas estremece el aire. Ahi está bella y joven, más azul que · nunca nuestra mascota de alas· frágiles. Dos Paujiles, demasiado altos, atisban a los viajeros a su paso. Hanuel dispara, . y los dos enormes pavos huyén casi en picado, sorprendidos. . Hay un momento en el que la selva se calla, callan las chicharras y ias aves se ocultan. Miguel Angel pide una som– bra. En realidad todos los viajeros la estaban pidiendo desde tiempo atrás, apaleados desde los cuatro puntos cardinales por un sol tambi~n viajero . La playa, con yerba y ramas, es poco vistosa. poco acoge– dora; pero para tomar un bafto y refrescarse no es necesario mucho. Los viajeros beben pinol con leche y agua y hacen algunas fotografias.Los cuerpos frescos invitan a descansar y a tomar nuevamente el sol; echados sobre la arena. · Sol, agua y arena para un espl~ndido dia de verano. ·Al echarse la ropa encima se la nota demasiado caliente y áspera . Huele a sudor. Hay ·. que seguir adelante. Un río ancho entra en él Tiputini por la margen derecha. En la bocana se van palmas Huiririmas desflecadas, con el tallo · cubierto de agudas 'espinas en forma de coronas. Juan Santo¡¡ pule el filván de su cuchillo de merite con -el machete. Desde' ,que ~e perdió la ll.ma no ha tenido la forma de afilarlo bien·; ··· · · AI ' mediodia, otro rio que también desagua por la margen derecha en el Tiputini, viene crecido y sucio de barro y lod~ ManÜei 1<:/ llama: Allpa Yacu , Rio de Lodo. - 65 -

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