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esquinas, las armas, y parte de la ropa que estaba fuera de los sacos de caucho . Las gotas de agua se agrupan sobre el plástico de color rosa y corren en hilitos debajo de los sacos de dormir. Los viajeros, muy a pesar suyo, se levantan temprano y se sientan un largo rato mirando para el río. La canoa, lavada por la lluvia de la noche, les muestra la falca izquierda de un azul desvaído. Angel se va a los anzuelos y regresa dando saltos sobre la arena mojada. Se sacude los pies y se sienta. - ¿Nada? - La pregunt~ es sin interés. - Nada. - La respuesta, vacía . El cielo se va despejando paulatinamente, y sale el sol. Brillan las hojas sobre las altas copas y un suave , grato perfume se corre por la playa. Muy cerca hay un árbol flore– cido en forma de grandes espigas de color amarillo.Las flores son diminutas; el árbol se parece a la alheña, una alheña gigante. Manuel y Miguel Angel . ar,~eg. :l.an un vistoso tendedero con las cuerdas de los vientos de la carpa y los arpones clavados en la arena. Al extender la ropa sobre él, la playa presenta una policromía inusitada: sacos de dormir amarillos y rojos, camisas verdes, amarillas y azules, pantalones beige y azul, calzoncillos rojos, verdes y azules, toallas blancas y rosas, colchonetas floreadas_. En seguida se echa de ver que · algunas de estas cosas han sido tomadas de prestado. Los cuatro via– jeros por lo general son sobrios en cuanto a la ropa se refiere. - 54 -

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