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su tema. En la mente de todos la sopa de la ·' tarde está salvada. !1edia hora más tarde, al doblar una vuelta del rio hay un gigantesco árbol cubierto de flores amarillas,sobre el cerro . Varios monos chorongos están comiendo las flores que parecen grandes y jugosas. Juan Santos dispara sentado desde la canoa y uno de los monos brinca herido. El resto de la manada corre por las ramas y salta gritando hacia el interior de la selva. Dispara Manuel de nuevo al mono herido que se refugia en el corazón de una palmera. Comienza a llover . y con la lluvia el mono se pierde definitivamente. Los viajeros tienen hambre. Hacia la una se detienen cerca de una quebrada, donde la maleza es más abierta y hay . un pe– queño lugar plano . La lluvia no ha cesado de caer en todo este tiempo . Los árboles gotean sobre los viajeros empapándolos. En la orilla del rio Se ha amontonado el lodo, pringoso y resbaladizo. Manuel da con sus ·carnes en el agua . Angel .arre– gla en seguida una escalera en la tierra, por donde se sacan la lona y los palos para armar la tienda .La lona· la ha traído Miguel Angel de Quito. Es una lona fuerte,de auto, conseguida en algún lugar de España . Es una lona estupenda y no pesa mucho . Miguel Angel se queja de un viejo dolor de r odilla . El viaje s e la ha dejado de piedra . El y Angel, después dé lim– piar con los machetes una superficie suficiente , levánt an la tienda sobre dos palos fuertes de t eca cortados en nuestro bosquecillo de Llunchi isla ; Arreglan un poco el suelo y extienden dos grandes plásticos. de Color rosado. Apartándose algo de la orilla, Juan Santos y ~liguel Angel buscan alguna ·palmera adulta para · cortarla y saca:r.'l e el yuyo - 27 -