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de los yutsos y hay un gran silencio apenas roto por los comentarios alegres de los viajeros. El terreno es alto y quebrado. Se rompe la monotonía de la maleza, cortada súbita– mente por un tajo de greda dura y negra que siluetea las orillas. Los viajeros inconscientemente guardan silencio. Escuchan y miran. Hay algunas partes,en la orilla derecha, limpias, cortadas a machete, y ya remontándose de nuevo, Parecen campamentos de leñadores, abiertos a la ligera para pasar la noche. El Tipu– tini es aquí un río rurnoroso,de agua removida y casi cubierto por la vegetación. El cielo se ve a ratos como un golpe_de acero brillante. No han visto los viajeros en todo este tiempo un solo animal. Miguel Angel bromea desolado: - Nada, absolutamente nada. Esta noche a comer sopas de ajo. Por encima suenan los helicópteros llevando el material para los trabajadores de las trochas, llevando la comida col– gada debajo como un enorme huevo de esperanza. Los trabajado– r>es suelen estar felices cuando los ven acercarse. Sobre el agua y a .pocos metros de la canoa vuela una gran mariposa azul. Los cuatro hombres la ven danzar unos momentos en el aire ligerísimo.. Es una mariposa llena de belleza, de beileza . sin gr~cia, azu.l como el mar por encima y negra por debajo. · Es una inar.j.posa de un solo día buscando a saltos la sorpresa de una felicidad fugaz . Los cuatro hombres la mir>an en silencio hasta que desaparece. Angel desde la popa grita algo. Manuel se afirma en su asiento. Delante, a muy pocos metros, hay un tr>onco cruzado que retiene el agua y la vierte por un pequeño chorro. - 24 -

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