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Manuel y Angel llegan a. Llunchl"al atardeCer, dos días más tarde. En la pequeña canoa de Rocafuerte traen un motor Ya– maha de 8 HP que se irá a la excursión, pero empaquetado. So– lamente por si acaso. En Llunchi hay unos cuantos paquetes preparados para ocupar el menor lugar posible:comida, armas, pertrecho, camas y otros utenSilios. Todo ello se acomoda en la pequeña embar– cación y se cubre con un grari plástico rojo . De Quito dicen por la radio que Miguel Angel, el Procura– dor, ya está en camino y que esa misma tarde llegará a Coca con · la camioneta, trayendo algunas lonas y otras pequeñeces necesarias, Higuel Angel es el núr.;ero cuatro. El también está feliz de poder entrar al corazón de la selva, recorriendo el río Tiputini desde las cabeceras. A media tarde ya están reunidos los cuatro en Coca , El saludo es alegre, lleno de buenos presentimientos. Sobre las chapas de cinc del galpón de la Misión suenan las gotas de lluvia, gruesas y espaciadas . Llueve un rato y cesa casi repentinamente. La canoa se balancea en el río, coqueta, de un azul d~svaido, y con aires de querer cambiar de aguas. Por eso ya está Üb poco después sobre la camioneta , amarrada sólidamente, Los viajeros la miran satisfechos. Vista así parece una canoa grande y segura ; luego en el r1o se aniña y se torna danzarina . Es una buena canoa . - 19 •