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UN LARGO VIAJE China a través de los ojos de los Capuchinos LAS RELIGIONES EN CHINA La antigua religión china fue un culto chamanístico que se difundió de forma diversa según la cultura de los distintos lugares en los que apareció. Ya desde el siglo V-IV a. C. quedan testimoniadas, a través de los restos encontrados en el valle del río Amarillo y en el nacedero del río Azul, varias tradi– ciones religiosas que comprendían la veneración de divinidades por medio de estatuillas y tótem y la pre– sencia de sacrificios animales en los ritos fúnebres. En el III milenio a. C. se encuentran en la cultura del río Amarillo las primeras huellas de escapulomancia 3 o interpretación de los signos de origen natural. De esta práctica nació Los Ching', un clásico de la litera– tura china en el que el cosmos es interpretado como una contraposición de elementos naturales, el Ying y el Yang'. El Taoísmo' nace directamente de la influencia de la culhua chamanística del valle del río Amarillo. El taoísmo religioso tomó forma en China como religión autóctona en el siglo II, sobre la base de los escritos de Lao Tzu (o Lao Zi), entre los cuales se encuentra el Tao Te Ping que constituye el fundamento del pensa– miento esotérico chino junto al Libro de las Mutaciones (Yi Jing)'. El taoísmo sigue la antigua veneración de la naturaleza y el "culto de los antepasados"', con distin– tas facciones que confluyen en dos grandes escuelas religiosas: Quanzhen y Zhengyi. Dada la inexistencia de ceremonias rígidas y reglamentos fijos de adhe– sión, es difícil calcular el número de practicantes del taoísmo. En este momento existen en China 1.500 templos taoístas y más de veinticinco mil monjes. El Confucianismo 9 es la práctica religiosa basada en los escritos de Confucio 10 (Kongzi), y ha dominado 23 durante más de dos mil años la vida política y reli– giosa de China, ya que regulaba los ritos estatales de la casa imperial. El principio de la piedadfilial describe implícitamente el código de comportamiento entre superiores e inferiores (padres e hijos, propietarios te– rratenientes y braceros, emperador y súbditos), y sus– tenta las leyes, las relaciones sociales y familiares, e incluso el culto a los antepasados. Las enseñanzas de Confucio se transmitieron gracias a los escritos de sus discípulos Mencio (siglo IV a. C.) y X un Zi (siglo III a. C.), y en los Coloquios, que agrupan una colección de anécdotas y dichos escritos muchos años después de su desaparición. El Budismo 11 chino es el fruto de la intensa actividad misionera de importantes representantes del bu– dismo de los Nikaya y del budismo Mahayana pro– vertientes de India y, sobre todo, de Asia central. Ade– más fue importante la contribución de los maestros locales, que continuaron esta tradición dándole nue– vas y cruciales interpretaciones. El budismo fue in– troducido en China en el siglo I d. C. y se difundió con amplitud en el IV, influenciando profundamente la religiosidad china, lo que provocó sucesivas olea– das represivas contra los budistas. China ha sido uno de los mayores centros de desarrollo de la enseñanza budista, gracias a su obra de traducción y expansión de la religión por las numerosas regiones de Asia. Japón y Corea se han beneficiado particularmente de la riqueza de la cultura budista china. El budismo chino se subdivide en tres escuelas: la es– cuela del Gran Vehículo, o Mahayana, la escuela del Pequeño Vehículo, o Hinayana y el Lamaísmo.
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