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ra completa con su planta de fuerza motriz, regalo ésta del presi– dente de la República. Los habitantes de la región, en particular los dueños de las haciendas, así como el gobierno, comprendieron el cambio que se iba a producir en el desarrollo agro-pecuario y en toda la eco– nomía por el hecho de la llegada normal de los transportes aéreos. Se explica la importada que se dio a la inauguración oficial de los dos aeropuertos, el 2 de agosto de 1960, con asistencia de las máxi– mas autoridades. La prensa del Ecuador concedió gran espacio al acontecimiento. El prefecto apostólico hizo entrega al gobierno de los dos cam– pos de aviación, que eran una realidad gracias, sí, a la ayuda eco– nómica del Estado, pero sobre todo al tesón y al sacrificio de los misioneros. El de Nuevo Rocafuerte fue denominado "Raúl More– no Albarán" y el de Coca "Capitán Oswaldo León". Hoy el de Coca dispone de una buena pista de cemento, para aviones de viajeros de mediana capacidad, y de torre de control. El tráfico de aviones civiles y militares es diario (2). La Dirección General de Aviación Civil del Ecuador, con oficio de 28 de abril de 1967. nombra al prefecto apostólico Alejandro La– baca Jefe ad honorem del aeropuerto de Coca; la misma distinción era concedida al padre Angel González para el de Nuevo Rocafuer– te. Estaciones de radio Tan importante como la solución de las vías de transporte era el modo de remediar el aislamiento a que se ve obligado el mi– sionero de la selva, teniendo que depender de un correo que lle– ga de tarde en tarde y de noticias radiofónicas no siempre fáci– les. En un caso de urgencia no se sabía de qué medio echar ma– no. Ya en el mes de agosto de 1954 el vicario apostólico del Na– po, monseñor Spiller, entregó al prefecto apostólico un equipo (2) Arch. Pref. Ap. Recortes de prensa; Arch. Procura, Relación del P. Feliciano; Bol. Of. 13 (1958) 111; 15 (1960) 76s, 188; 16 (1961) 20. -87-

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