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la selva y lo que supone el desmonte de varias hectáreas de terre– no, el afianzamiento del suelo, la necesaria tala periódica de la vegetación que vuelve siempre a crecer y el estado en que queda la tierra en la época de las lluvias, comprenderá el admirable sentido de aventura y el optimismo que animaba a aquellos pio– neros. El alma de la empresa fue el padre Miguel de Huarte, con su gran capacidad de iniciativa y de organización y su miltifor– me habilidad técnica. El 12 de enero de 1958 se iniciaba la pista de Nuevo Roca– fuerte. En poco más de un mes quedaba lista una franja de terre– no de 450 metros de largo por 45 de ancho, suficiente para acoger avionetas de pequeño fuselaje. El 27 de marzo aterrizaba ya la primera avioneta de la compañía TAO (Transportes Aéreos Orien– tales). Con la ayuda del gobierno, que abonó totalmente los gas– tos iniciales y prometió ayuda ulterior para la terminación y ma– nutención del aeropuerto, convencido del buen servicio que esta– ba realizando la misión capuchina, prosiguieron los trabajos de ampliación del campo en plan de que fuera suficiente para gran– des aparatos de carga. Para fines de año se contaba con una pis– ta usable de 1.150 metros de largo por 50 de ancho, más los apro– ches laterales y los de cabeceras de pista. Tres aterrizajes de prue– ba de un trimotor tipo J.unker, transportando un tractor Oliver, propiedad de la misión, dieron resultado satisfactorio. Era ne– cesaria la autorización de la comandancia del ejército, y fue ob- . tenida primero para una pista de 800 metros y luego para 1.200 metros de longitud. En vista del éxito, el 9 de enero de 1959 se emprendía con ma– yor entusiasmo la construcción de un segundo aeropuerto en Co– ca, cuando aún no había pasado •Un año de esta fundación y no era posible prever lo que iba a suponer en el futuro esa iniciativa. El 10 de marzo realizaba su primer vuelo una avioneta de TAO. En enero de 1960 aterrizaba y decolaba por tres veces, en vuelos experimentales, el avión Curtiss C-46 de la compañía AlA, compro– bando el buen estado de la pista de 1.300 metros de longitud por 55 de anchura, con aproches amplísimos y cómodos de desmonte de selva. La carga trasportada por el aparato era voluminosa y pe– sada: la fábrica de cerámica, llegada de Barcelona, y una pilado- -86-
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