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la. La petición fue cursada al hermano pwvincial de España, Ju– lián Gómez Montoya, quien realizó una visita a la misión y, con fecha 19 de febrero, nuevamente el 5 de marzo de 1968, escribía desde Madrid al prefecto aceptando el compromiso. Otra carta suya del 22 de abril, respuesta a la de monseñor Labaca, le anun– ciaba la próxima llegada de seis religiosos al Ecuador, tres para Guayaquil y tres para Coca. Siguió un intercambio de cartas. En mayo de 1970 se firmó el contrato, que fue ampliado en julio de 1972. Todo marchaba bien. Los hermanos corazonistas cumplían a satisfacción su misión educadora, llevando la responsabilidad total del internado. Pero, a raíz de la visita canónica realizada a sus súbditos de Coca por el Hermano provincial, llegó una carta del hermano director regional de Colombia, fechada en Bogotá el 11 de julio de 1973, comunicando la decisión tomada por el consejo regional de cerrar la comunidad de Coca, en vista de que los hermanos que la formaban quedaban aislados al no contar el instituto con ninguna otra residencia en el Ecuador. No había queja alguna contra la prefectura; todo lo coll'trario, sentían gran– de estima por el prefecto apostólico y por los misioneros. De nada sirvió una carta apremiante de monseñor Langarica al director ·regional ni la visita personal que le hizo en Bogotá, acompañado del padre Camilo. Los hermanos no regresaron (6). Dominicas Misioneras del Rosario Las gestiones con este instituto español se iniciaron en 1973. Al año siguiente se hizo el contrato. Y el uno de mayo de 1974 lle– gaban a la población de San Pedro de los Cofanes las cuatro pri– meras dominicas, todas españolas, acompañadas de la madre vi– caria regional. Se les asignó un ministerio itinerante, que tendría como campo de acción las agrupaciones de colonos de la can·e– tera y también el poblado yumbo de Enokanke. Desde el primer momento tuvieron extraordinaria aceptación aun entre los pro– testantes; tanto que monseñor Langarica insistió ante la vicaria regional en la necesidad de que las misioneras abrieran otra ca- (6) Arch. Pref. Ap. 2·3; ~- -69-
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