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pellanes de emigrantes; en el mismo termirtorio provincúal crecía el reclamo de rreiigiosos al multiplicarse las pequeñas fraternida– des. Y, entretanto, el índice de edad de los profesores se iba ele– vando y faltaban las levas jóvenes debido a la crisis general de vocaciones. Había algo más, y lo hacía constar el mismo padre Mendía en su 'relación al capí,tulo de 1978: "Respecto a la conciencia misionera, que hoy se advierte en la provincia, hay que decir que no es la de antes, si bien en la mayoría aún es posible advertirla, rpor lo menos a nivel teórico y afectivo. Una cierta crisis se advierte en estamentos más jóvenes o más crítico:;: ¿crisis en el mismo concepto de misión? ¿un ciento regionalismo ecle– sial estos últimos años? ¿otras causas?" (19). Pero en la prefectura }a s-ituación se hacía de día en día ago– biante.. Si en el primer deceillio la proporción había sido de un sa– cerdote para cada 400 :hab1tantes, ahora era uno para cada 2.500. Monseñor Langarica comprendió que pesaba sobre su conciencia pastoral una acuciante responsabilidad, y se decidió a hacer una gira por Europa en busca de sacerdoltes; hizo gestiones primero en la provincia, luego con el padre general, trató de interesar a prelados diocesanos y superiores de otros institutos en varias Ilia– ciones y, de regreso, en Colombia. Los resultados fuewn poco es· peranzadores, como lo refirió en la asamblea de maJrZO de 1979 (20). De momento no hay sino mullliplicarse, con buen celo y con un plan bien pensado, Jos sacerdotes diispolllibles; el mismo pre– fecto da el ejemplo rec'Orriendo personalmente las agrupaciones de la carretera para trabar contacto pastoral con la gente de alu– vión, a la que urge atender. No es sólo la escasez de personal Jo .que impulsa a atraer sa– cerdotes de otras procedencias, sino la persuasión, patente en la mencionada asamblea, de que, a tenor de las conclusiones del Oonsejo Plenario de Mattli, Aguarico no es ya una misión "de los capuchinos", aun cuando éstos sigan Sliendo los primeros colabo– radores, sino ·que ·hay que llegar a incorporar el mayor número posible de fuerzas •apostólicas a la tarea común de hacer Iglesia (21). (19) Bol. Of. 33 (1978) 193. (20) Bol. Of. 34 (1979) 125s, 128. (21) Bol. Of. 34 (1979) 84. -58-
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