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tra la dispersión e insistió en la necesidad de reforzar la vida al interior del grupo capuchino; la de 1973 trató de configurar e'l nuevo tipo de fraternidad interna adaptado a la realidad del campo de trabajo apostólico. En 1974, el visitador general, pa– dre Clovis Frainer, alabó los encuentros espirituales anuales y recomendó los tiempos fuertes de retiro y oración, con el fin de dar autenticidad a la presencla franciscana y de desarrollar un apostolado verdaderamente minorítico en fraternidad y pobreza. A1 año siguiente, en su informe al capitulo provincial, decía tex– tualmente el superior regular, Padre Manuel Amunárriz: "Hemos cambiado paulatinamente nuestro perfil a lo Jargo de los veinte años que llevamos en la región. . . Podríamos decir que, hasta hace pooos años, nuestro estHo de vida entraba dentro de una concep· ción tradicional de la vida misionera. Los religiosos vivian dispersos, frecuentemente solos, muy distantes unos de otros. La promoción humana era la actividad más notable de nuestra ·labor. y nuestra pas– toral se caracterizaba por la importancia que se daba a la sacramen· talización. En la actualidad estamos realizando esfuerzos notables pa. ra agruparnos de forma que podamos vivir meJor nuestra fraternidad fraeiscana... Existe bastante claridad en ia visión de nuestros obje– tivos y en la identidad de nuestra vida misionera. Hemos hablado, nos hemos reunido y creo que sabemos por qué estamos y hacia dón· de vamos. Esto es hoy dla uno de .Jos motivos de paz y gozo en la mi· sión. Nuestra primera actividad es la presencia: estamos y vivimos con los evangelizados. . . " Conceptos similares reaparecieron en la asamblea de 1976 y en la de 1977. En ésta, con el fin de intensificar la vida fraterna, se acordó celebrar tres encuentros al año entre los misioneros capuchinos. Ya para esa fecha era normal en cada residencia ~a celebración litúrgica diaria con participación de las demás comu– nidades misioneras, junto con el tiempo destinado a la oración mental; cuando era posible se tenía asimismo el retiro mensual con oración más prolongada y revisión de vida. El padre Rufino Grández, ministro provincial, pudo afirmar después de cursar la visita y de tener con todos los religiosos una larga convivencia espiritual , en marzo de 1979: "Los hermanos de Aguarico están contentos". Halló en ellos viva conciencia de -51-

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