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(}tlichuas que emigran en hu sea de t icrras y luego no logran inte– grarse en las coopera! ivas (7). Todos los grupos (¡ulclmas (yumbos, alamas), que hasta hace diez años formahan el 60 por ciento de la población total, hoy no rcprcsl'lllan müs del 10 por ciento. Siguen hablando su len– gua, de formas dialectales y léxico algo diferente del quichua de la Sierra; pero en realidad practican el bilingüismo por necesi– dad de intercambio con los de lengua castellana y por el hecho de que la mayoría han pasado ya por las escuelas. El pueblo yumbo es relativamente reciente en la zona. In– migró en época incierta desde las montañas, con un sentido de or– ganización económica y de asentamiento, de que carecían los abo– rígenes nómadas. Pero su cultura quedó fuertemente influencia– da por las costumbres y .creencias de las tribus vecinas. Se ha– lla extendido por la región de Baeza, Archidona, Tena, además dd territorio de la prefectura de Aguarico. Por la toponimia se puede rastrear la serie de estratos ét– nicos de épocas remotas. La mayor parte de los ríos, sobre todo los de mayor caudal, llevan nombre de origen cayapa, un pueblo que en los tiempos prehistóricos ocupó gran parte del actual Ecuador y del que quedan restos en la cuenca del río Esmeral– das, al norte de la república. Otros nombres derivan de la lengua de los colorados, tribu desaparecida o absorvida en época incier– ta en la zona del Napo, pero que sobrevive igualmente en Santo Domingo, provincia de Pichincha. La toponimia menor, de origen quichua, es más reciente. Los nombres de plantas y animales sue– len ser de origen siona, záparo o cofán; lo que demuestra el gra– do de fusión que hubo entre yumbos y aborígenes antes de la lle– gada del blanco (8), Shuaras; se trata de un pequeño grupo proveniente del Sur del Ecuador y asentado recientemente en las nuevas tierras de colonización del nororiente. Socialmente está tratando de inte– grarse al movimiento de los Quichuas para así defender sus in– tereses. (7) A. Labaca, Las minorías autóctonas y el petróleo, en OPI, n• 67 (1973) 26·31; Los Quichuas del Coca y el Napo, 138-147. (8) Los Quichuas del Coca y el Napo, 153-158. -35-
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