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12. LOS PROTESTANTES: UN PLANTEAMIENTO ECUMENICO La evolución en la postura tomada ante la competencia, digá– moslo así, de las misiones evangélicas es uno de :los aspectos en que mejor aparece un hecho ·que ya ha quedado evidenciado: la apertura del grupo de misioneros de la prefectura a la trayecto· ria señalada por el Vaticano Il. Observamos una primera etapa de actitud recelosa, en que los misioneros protestantes son vistos como el máximo peligro. La alarma viene de Roma a través del nuncio pontificio. Más tarde, las iniciativas de los "lingüistas" se convierten en una lección y en un estímulo. Finalmente se ter– mina en una franca colaboración de lealtad ecuménica, no siem– pre correspondida, hay que decirlo, por parte de esos hermanos cristianos. La primera alarma se produjo cuando el padre Angel de Ucar, en su recorrido de exploración, el año 1955, topó en las cabece– ras del río Cuyabeno con una comisión de estudios lingüístl_oos, cómodamente instalada y periódicamente abastecida de víveres y de todo lo necesario desde la base aérea de Pastaza, por medio de avionetas. El nuncio había prevenido oportunamente al pre– fecto apostólico que se trataba de misioneros protestantes camu– flados de "lingüistas", de los que existían tantos en las selvas bra– sileñas. El padre Angel comprobó, con todo, que hasta la fecha no se daban a propagar el protestantismo (1). En marzo de 1957, en virtud de un acuerdo firmado un año antes con el gobierno, el Instituto Lingüístico Americano se ins– talaba en Primavera, a la orilla i:l)quierda del Napo, en pleno cen– tro de la prefectura. Inmediatamente abrió una pista para avio– netas. El padre Camilo, prefecto delegado, hizo un viaje a esa lo– calidad y se convenció de que se trataba de misioneros protes- (1) Bol. Of. 11 (1956) 217. -153-
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