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,..... que obligaba a la familia indígena a depender totalmente del ol•u·•io del feudo. La descripción hecha por el equipo de investi– l'.·"·i.->11 sociológica de la Universidad Central, tantas veces citado, • ""~eidc exactamente con la de monseñor Gamboa. Los autores .¡,.¡ ,·studio atribuyen la liberación del indio exclusivamente a la l:<l"l ica seguida por la misión capuchina, y hacen esta observa– ,·ifJtJ: "E-l proceso de redención o liberación, mediante el rescate y el ))a¡;o de deudas que, en alguna parte, lo hicieron efectivo ·los misio– neros capuchinos, y otros a.suntos, como la compra de la produc– ción anual a los campesinos indígenas, croó una rivalidad entre misio– neros y hacendistas, rivalidad que hasta hoy día p ersiste, con carac– tcr2s de mucho temor y recelosa convivencia" (14). Por el sistema de concertaje y de anticipos, el peón agrícola .J,·sconocía la moneda de curso legal; todo lo pagaba en especie v prestación de trabajo, y recibía también su salario en especie, " ·gún el cómputo arbitrario del patrón: machetes, escopetas de 'aza, simientes, ropas, sal y, sobre todo, aguardiente, que consti– luía otro factor de explotación y de pasividad del indígena, ya de suyo excesivamente sumiso. La primera iniciativa de la misión, para liberar a los indíge– Has del torcedor de las deudas, fue organizar en Nuevo Rocafuer– tc una tienda miisfonal con el fin de facilitarles telas y otros artí– culos de primera necesidad a precio de costo, con sólo un 5% de recargo a título de gastos. Y como los compradores carecían de moneda, habituados como estaban a pagar mercancías con tra– bajo, se constituyó un fondo rotativo de 10.000 sucres, gracias a un donativo obtenido del presidente de la república. El iniciador del sistema fue el padre Camilo. Los patronos, como era de pre– ver, hicieron dura guerra; pero ·hubieron de optar ellos también por vender más barato y cambiar sistemas. Se entablaron contactos con las autoridades públicas para es– tudiar la solución más prudente y equitativa de los problemas so– ciales. Y quedó instituída una Junta de Protección del Indígena, entre cuyos miembros figuraba un misionero. Otra igual se fun– daría después en Coca. (14) Los Quichuas del Coca y Napo, 32s. -105-
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