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-Dame la teta - dijo Lázaro a la mujer. Saliendo Donasco, golpeó al brujo hasta hacerle perder el sen- tido . La mujer dijo a Donasco: -¡Perdóname! Vino el hijo del diablo y se lo llevó a casa. Donasco dijo al chico: -Dile a tu padre que no me mande "chonta pala"; sino otro diablo negro y lucharé con él . Otro día marchó Donasco a pescar con su red . Era la media noche. Llegó un diablo negro y le dijo: -¡Vamos a pelear! Este era un diablo peludo, y Donasco lo cogió de las muñecas . El diablo lo agarró por las muñecas: -¡Arrástrame! - dijo a Donasco. Así lo hizo el hombre, y el diablo cayó por los suelos. -¡Así zurré yo a tu amo! - le gritaba Donasco al tiempo que lo golpeaba. El diablo, bastante descalabrado, quiso engañar a Donasco: -Si eres hombre, levántame. Cuando Donasco lo alzó, el diablo ·¡e golpeó en la cabeza. Lu– charon y lucharon y vencía Donasco. Al fin dijo el diablo: -No puedo más. Déjame libre . Pero Donasco le aplastó la cabeza contra el suelo, raspándosela. El diablo habló apagadamente: -Ahora sí me muero. Donasco regresó a su casa, y el diablo fue a casa del brujo y allí murió. Poco después Donasco marchó a pescar y pasó en ello toda la noche. Su mujer lloraba esperándole. Al llegar a casa, Donasco golpeó a sv. mujer por floja . Ella, marchándose a la cocina, pre– paró pescado . Entonces llegó Lázaro . Le dieron de comer, y les dijo: ~Ciertamente eres forzudo. Venciste a mi negro. Ahora le estoy velando. Te perdono y no te echaré chonta pala . El brujo regresó a su casa y, a los dos meses, Donasco lo mató con una lanza . -*- 95

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