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30. LEYENDA DE LOS ENAMORADOS .Hace muchísimos años existió un hombre con fama de brujo . Un día coc1ó una gran olla de ayaguasca, y echándosela a la espalda marchó a la selva. Caminó toda una semana. ' Lunes - martes - miércoles jueves - viernes - sábado domingo . El último día llegó frente a un gran árbol llamado "paso", que se ha· llaba cargadísimo de fruta. Como tenía hambre se puso a comer. De pronto se le apareció sobre las ramas altas del Paso una mujer con su niño. El hombre se les quedó mirando, pero no se levantó. La mujer y su niño bajaron hasta el suelo . -¡Jíff.. . jfff.. . j!íi. .. ! - reía la mujer. La mujer dijo al hombre: -¡Coge pepas para que yo coma! La mujer era un diablo. El hombre subió al árbol, y cogió gran cantidad de pepas, que arrojó al suelo. La mujer las recogía a gran velocidad, tanto que el hombre no podía cortar suficientes pepas. Entonces dijo el hombre, desde el árbol, a la mujer: -Hermana, coloca el niño debajo del árbol. La mujer lo acostó, y el niño se durmió . Viéndolo el hombre, bajó hasta las ramas inferiores y arrojó con furia gran cantidad de pepas sobre el niño. La mujer le gritó: -¡Ten cuidado! ¡Lo vas a matar! Y apartó al niño del árbol. La mujer volvió a acostarlo. El hombre echó las pepas más grandes y mató al niño . Viéndolo, la mujer se enfureció: -¡Te voy a comer! ¡Baja de ahí! Pero el hombre no bajó. La mujer se fue al bosque, y regresó con una gran cantidad de hormigas bravas: yuturis, tillis, añangus, y las envió hacia la copa del árbol. El hombre cortó un manojo de ramas, y golpeó a las hormigas, hasta que se fueron. Eso llenó de coraje a la mujer, que llamó al Tican-Uchu para que trajera su hacha. Pero el hacha, que era medio hongo de la selva se quebró . La mujer llamó al Mullu. Este royó las raíces del árbol hasta que se tambaleó. El hombre saltó rápidamente a otro árbol. La mujer ya no pudo más, y se echó a llorar. -¡Ahora ya no podré comer! Hermanito ¿por qué mataste a mi hijo? El hombre sin aguardar más se escapó a su casa. En el camino se encontró con un venado que le esperaba en medio del camino. Este venado vestía cushma y "lorira". Habló así al hombre: -¿A dónde vas? -A mi casa a tomar ayaguasca. 85

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