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6. LEYENDA DE GUACAMAYOS En el río Napo, en el lugar llamado Guacamayos, existía hasta hace poco un gran remolino . Muchos indígenas habían desaparecido en él de manera súbita, sin que nadie hubiese vuelto a saber de ellos; ni flotaron sus cuer– pos en el río, ni se vieron en las playas. Parece ser que en el cerro cercano al remolino, sobre el Ila más alto, vivía vigilante un gran guacamayo rojo. Atisbaba conti– nuamente el río, y cuando divisaba cualquier canoa a lo lejos, se zambullía en medio del remolino, echándose desde el cerro . Las aguas se cerraban tras él y cuando llegaba el pescador, el remolino se abría entre bramidos apareciendo una gigantesca boa que lo devoraba. Un día la boa desapareció, y nadie sabe el fin del Guacamayo. Sólo ha quedado el nombre para recuerdo de los ribereños. --*-- 7. LEYENDA DEL TERERE Antiguamente los brujos solían pelear entre sí para tener el dominio. Un brujo viejo y otro joven lucharon bravamente durante mucho rato; pero el viejo, con sus astucias, logró imponerse. El joven, viéndose derrotado, tomó una gran cantidad de monos y huanganas, y arrancando un trozo al monte Sumaco se marchó río abajo . En un lugar del río Napo colocó el trozo de monte, y nació una isla. Esa isla se llama Tereré, que existe hoy en día. Y en ese lugar, cercano a Pañacocha, abundan los monos y las huanganas . zr;

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