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53. CUENTAN LOS ANCIANOS 11 Al principio, los diablos quisieron hacer este mundo y al hom– bre como un chorongo, para que todos se lo comiesen . Dios se enfadó: -¡No; lo gente se lo ha de comer! Y puso al mono en los árboles para que los hombres pudieran comerlo . Antes los árboles hablaban al darles con el hacha, y lloraban echando sangre. Dios se enfadó con ellos, y desde entonces no llo– ran. Dios tiene el mundo en la mano, y por eso no da vuelta. Pero cuando los hombres pecan, el mundo le pesa a Dios, y se le cae de la mano rodando . También cuentan: A causa de los pecados el mundo se hace pesado . Al pasarlo Dios de una mano a otra, la tierra tiembla y ocurren los terremotos. Dios hizo a Adán. Luego le dijo: -¿Qué piensas? -Nada. -Sí piensas. . . dime ¿qué quieres? -Alguien a quien contar mis pensamientos . Así hizo Dios a Eva, desnuda también. "Pensándolo en mi corazón, lloro: me quedo sola; sola me quedé . ¿Para qué te fuiste dejándome? Ahora lloro diciendo ¿cuándo volveré a ver tus ojos? Ahora te vas abandonándome. ¿Qué día te hallaré? Algún día de nuevo encontraremos la vida que los brujos comen" . -*- 151

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