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Así estuvo cuarenta días sin luz . En esta noche, cuando los hombres encerrados en la casa fueron a cortar un poco de plátano, pues ya tenían hambre, el plátano se quejó: -¡Ay, ay, no me cortéis! - y diciendo él esto, le salió sangre . Y llovió tanto que el agua cubrió la tierra y casi llegaba a la casa. Muchos hombres se subieron a las canoas, pensando: "Nos salvaremos". Otros se escaparon a los montes; pero todos murie– ron . Otros hombres cavaron un gran hoyo, y allí metieron gran can– tidad de carne, chicha, plátano, yuca . Luego metieron cuatro niños, diciendo: "Los salvaremos" . Cuando el agua cubrió todo, taparon el hueco poniendo un huesecillo de abajo-arriba, tapado con un algodón para saber cuándo bajaba el agua . Cubierto ya el hueco estuvieron encerrados un año entero, hasta que bajase el agua . Cuando se acabó la comida, tuvieron que comer piojos, cada uno medio piojo . Cuando ya llevaban tres meses probaron a tirar del hueso, pero al hacerlo vieron que aún entraba agua . Viendo esto, esperaron, y después de otros tres meses volvieron a probar. Pero de nuevo entró agua. Al fin, después de dos meses más, salió barro por el hueso. Todos se llenaron de alegría al ver que ya el agua había decrecido. Después de otro mes, al probar, salió arena, y entonces salieron todos fuera del agujero. Y allí contemplaron una enorme playa . Y se pusieron a llorar. A lo lejos se veía un poquito de verdor, y en él estaba un viejo -y si alguien es avispado sabrá que era Dios- . Después de que El vino, creció la hierba junto con los árboles . Este viejo era semejante a una tahona, aburriéndose de viejo . Y llegando a ellos les dijo: -¿Qué vais a hacer? Ellos le dijeron: -"Nuestras mamás murieron en el agua, y aquí estamos". 145

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