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Este hombre había bajado al infierno en domingo, y alli estuvo el lunes, el martes, el miércoles. El jueves, Sabela sacó diez mulas del infierno, y le dijo: "vete al monte a traer leña con estas diez mulas".- Con ellas le dió una soga de fuego para asustar a los niños. "Esos animales harán leña por los pecados de sus parientes", le explicó la mujer. Al regreso, las mulas no podían con la carga, de manera que el hombre las azotó, y a una de saltó el ojo. Ella le habló: -Compadre, yo soy tu comadre Carmela ¿Por qué me revientas el ojo? El sábado, Sabela aconsejó al hombre: -Aquí el dinero está pudriéndose. Te voy a dar diez bolsas de oro por haber sido pobre. Compra lo necesario para t1 y para tu mujer, y el resto entiérralo. Caminó pues el hombre con las diez mulas, hasta que una le dijo: -¡Cierra los ojos! Y luego -¡Abre los ojos! Al abrirlos vió su casa. Era de noche y llamó. Su mujer le dijo: - ¿De dónde vienes? El marido le mostró las bolsas. -¡Oh cuánto dinero! -se asombró ella.- Después lloró. -En el Infierno -dijo el hombre -la comadre Carmela me habló as!: "Compadre ¿por qué me revientas un ojo?" La mujer contestó: -¡Ay, nuestra comadre Carmela murió el jueves con el ojo reventado! . .Al d!a siguíente, el hombre compró un alambique, hizo aguardiente e mvttó a sus amigos para celebrar una gran fiesta . -*- 121

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