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6. Huangana: (Dichotylis pecari Link, 1795). Se le llama así al jabalí o cerdo silvestre. Es un animal de unos 50 kilos de peso y carne deliciosa. Casi siempre camina en manadas, y puede resultar muy peligroso cuando decide atacar. Lleva en el lomo una glándula pestilente que le sirve de defensa y al mismo tiempo es su perdición, pues deja el rastro muy claro por donde pasa. Sin embargo de las continuas matanzas, aún se realizan cacerías anuales muy respetables. En Pompeya y alrededores donde vienen a vivir unas 100 familias, el año 1983 se mató una cantidad aproximada de 2.000 animales, parte de los cuales fueron abatidos en manada al cruzar indefensos la corriente del río Napa. 7. Lobo de río: (Ptermzura brasiliensis Zimmermann, 1780). Vul– garmente se le conoce como nutria gigante. Su piel fue muy cotizada. Hoy está prácticamente extinguido. 8. Lumucha o Guanta: (Cuniculus paca Linnaeus, 1766). Es un roedor más grande que el agutí, y su carne está considerada como la más sabrosa de todos los animales de selva. 9. Monos: Entre las varias especies podemos citar: El Leoncito (Ce– huella pygmaea). El Chichico (Saginus nigricollís). Entre ellos hay una gran variedad, y todos son diminutos, algunos del tamaño de un puño de niño. El Barizo (Saimiri sciureus), de tamaño regular. El Co– to o Mono Aullador ( Alouatta seniculus). Es de buen tamaño y de color rojo. El macho tiene en la garganta una pequeña caja cartilagi– nosa de resonancia, que hace que su potente rugido suene a muchos kilómetros de distancia. El Machín (Ce bus albifrons), mono de regu– lar tamaño, inquieto y juguetón. El Chorongo (Lagothrix lagothri– cha), de color pardo marrón. Es llamado comúnmente Mono. Su car· ne es apreciadísima por los habitantes de toda la Ribera. El Maquisa– pa o Mono Araña (Ateles belzebuth). Podríamos nombrar también al Tuta Cushillu, animal de costumbres nocturnas, y al Sucali. Los monos aulladores y los monos arañas son los reservorios na– turales de la fiebre amarilla. 47