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l .. o placenta y el cordón umbilical los suelen enterrar cerca de la , ·'" ' pocu después del alumbramiento. Y antiguamente se solía dar de lactar al niño durante dos años, o hasta el siguiente embarazo. Matrimonio. Las relaciones amorosas son sencillas. Cuando el matrimonio es por contrato preestablecido, el novio acostumbra a visitar alguna vez a la novia llevándole algún regalo a ella y también a sus padres. Cuando el amor es a viseas y ya hay un cierto entendimiento entre los dos jóvenes, llega el día en que el novio envía emisarios a sus futuros suegros para pedirles a su hija. Si no es aceptado, lo cual suele ser bastante normal en las primeras instancias, el muchacho insiste por medio de sus padrinos, hasta lograr sus propósitos. Enton– ces baja él mismo a visitar a su futura esposa y a los padres de ella, llevando una buena cantidad de aguardiente en señal de respeto y agradecimiento. Luego de una formidable borrachera ritual, se conviene el día de la boda. Fijado éste, el novio llama a sus parientes para salir de cace– ría y hacer una abundante provisión de carne. Al mismo tiempo las parientes del novio preparan una gran cantidad de masato. El día de la boda todos los parientes y amigos del novio se reunen en su casa y lo visten de circunstancias, lo que se dice "de punta en blanco". Arreglado el novio, los pifaneros y los tamborreros lanzan al viento "la llamada a reunión", y tras un largo baile se encaminan todos a casa de la novia. Al mismo tiempo los parientes de la novia han estado preparando a ésta para el encuentro. Antiguamente tanto el eraje del novio como el de la novia debieron consistir en algunas telas blancas adornadas de plumas y lazos; a la vez que se hermoseaban con pinturas faciales. En la actualidad todo el vestuario se reduce a un ropaje blanco por parte del novio, con un sombrero de cintas y un pañuelo a la espalda; y en la novia, a un traje blanco, con un lazo en torno a la cabeza y algunas pinturas faciales. 153

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