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3. El Soldado o Coshco, a quien el hecho de haber vestido el unifor– me militar le aupaba socialmente; más si era letrado. Para compren– der esto conviene tener en cuenta que años atrás eran muy pocos los nativos que cumplían el servicio militar, que hoy es obligatorio para todos. En la actualidad, para la nueva generación, el ser soldado no supone nada especial, y han sido la escuela y el colegio los que han traído rápidamente el cambio social. Anotemos fmalmente que entre los Quichuas nunca han existido categorías sociales. Ordenamiento social. El Quichua ha aceptado como extraño el código legal impuesto por las autoridades civiles del país. La comunidad, sin embargo, des– de siempre ha tenido una sanción social propia, mucho más acorde con su idiosincrasia para juzgar la conducta de sus miembros. Este juicio lo emite la comunidad conforme a un conjunto de normas provenientes de sus leyes y costumbres, y según las cuales el individuo es juzgado, absuelto o condenado, pero nunca humillado hasta el punto que llegue a odiar a la sociedad o comunidad que le condena, y que nunca le excluye. Hasta el presente no han existido lacras sociales como la prostitu– ción, el juego de azar, el robo, el amancebamiento, el adulterio... Pero el debilitamiento de la propia estructura legal nativa, y la llegada de la ley blanca, junto con la progresiva y rápida aculturación, están proyectando un vuelco de 180 grados entre los Quichuas del Napo. 150

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