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sumo respeto la que podemos llamar medicina nativa. Muchas de sus concepciones y técnicas terapéuticas escapan a nuestra comprensión, pero, aparte de su influjo en las más profundas raíces de los pueblos nativos, algunos de sus éxitos deben reconocerse con admiración. El factor psíquico en el origen, evolución, interpretación y curación de los procesos morbosos es especialmente estimado. Frente a esta concepción de la salud y enfermedad nosotros hemos adoptado una actitud de respeto y, al mismo tiempo, hemos procedido de forma que nuestra interpretación de la enfermedad y de las pautas de curación quede claramente visible. De esta forma damos oportunidad a un intercambio cultural y a un enriquecimiento mutuo. También a través de estas conductas, respetuosas y sinceras, el nativo enjuicia sus concepciones ancestrales y evoluciona hacia una idea de la salud y enfermedad en que integra conocimientos procedentes de otras culturas con las que necesariamente tiene que conv1vu. Desde hOlee muchos años las poblaciones nativas, especialmente la quichua, están en contacto con concepciones terapéuticas hoy más universalmente aceptadas y emplean muchas de sus técnicas de trata– miento. Algunos de sus miembros han realizado cursos de formación en el área de la salud y están actuando con mucha aceptación en sus propias comunidades como promotores de salud. No existe en este momento ningún grupo indígena que no acepte y emplee ambas con– cepciones, nativa y occidental, en problemas de salud, delimitando casi siempre cada una de ellas a cuadros patológicos propios de sus respectivas competencias." "Nivel organizativo. Cualquier programa organizativo de salud en el nororiente ecua– toriano deberá tener muy en cuenta algunas características de la región. l. La región es lejana, mal comunicada, carente de estímulos humanos y profesionales para 1<~. permanencia duradera de la clase médica. Además, gran parte de la población que habita esta cuenca 142

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