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El vestido. El hombre del Napo se viste de telas normales. Su aculturaci6n es ya antigua. No quedan ni siquiera vestigios de sus tradicionales ropa– jes, de llanchama, hojas de palma o pieles. Todas las telas que utilizan las compran en tiendas o mercachifles que desde siempre han recorrido esta Ribera. El calzado sí es reciente y los autores hemos conocido hace veinte años a la mayor parte de los nativos descalzos. Y aunque ahora todos guarden un par de botas en su casa para los trabajos de chacra o para andar por la selva, es normal el andar descalzos por caminos conocidos, lo que es más fresco y agradable. Los adornos también han desaparecido. Antiguamente era bastan– te normal el llevar tatuajes a base de tinte de caucho. También las mujeres ac0stumbraban a pintarse con puntos y rayas u otros dibujos típicos empleando el achiote o el huito. Hoy son pocas las que se pintan, y lo hacen al modo mestizo. Aretes, collares, sortijas, pulseras y todos los adornos modernos los compran en las tiendas. La acultu– ración ha dejado en el olvido todas sus costumbres típicas. 122

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