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Explotación de la madera. La falta de medios de transporte ha hecho que la madera se explote sólo a nivel regional, para la construcción de casas principal– mente. Pero en los alrededores del Napo, allá donde ya ha entrado la colonización y las primeras carreteras, la tala sistemática de los mejores árboles ha esquilmado la selva. Todas las especies valiosas salen afuera, y nadie se preocupa de replantar un solo árbol nuevo. En la misma Ribera hoy es muy difícil encontrar árboles útiles de cedro, laurel, palo amarillo, huambula, bálsamo y otros. Los que están selva adentro permanecen porque las distancias no permiten explotarlos; pero apenas lleguen las carreteras, serán los tractores quienes acabarán con las mejores muestras de esta flora antigua. El problema es que, como ya hemos dicho, nadie se preocupa de reponer: todos van a saquear. El transporte. En el río Napo, hasta hace 20 años, la transportación se realizaba a golpe de remo y de palanca. Luego llegaron poe<; a poco los moto– res. En la actualidad calculamos que sólo los nativos tienen alrededor de 250 motores de fuera borda en todos los tamaños. Es decir: hay un motor por cada 32 habitantes. Sin embargo, al precio que en la zona tiene la gasolina y conside– rando el consumo enorme de este tipo de motores, hay que decir que el transporte es caro y de lujo. Como empresa pública existe el Correo, que recorre dos veces al mes la Ribera. Hace un año se inauguró una gran lancha en la ruta Coca - Rocafuerte, con capacidad para más de 100 pasajeros; y comienza a funcionar otra de un poco menor tamaño, pero de más rapidez, también con un viaje semanal. El resto del transporte perte– nece a algunos comerciantes particulares, a las c.:;.noas de las Compa– ñías Petroleras, del Ejército y de las Institucion<Os públicas y privadas. De todas formas el transporte es siempre lento y caro. 113

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