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alguna cabeza, a modo de ensayo, procedente del ganado del patrón y según la fórmula de "al partir": es decir, el patrón prestaba una o dos cabezas hasta el segundo parto. Entonces se le devolvían las ma– dres con sus primeras crías y el peón se quedaba para sí con el segun– do parto, para luego continuar por su cuenta. El año 1968 la ganadería en el Napo no pasaba de las 829 cabe– zas cuidadas en las haciendas, con una extensión de potreros de 1.249 Has. Posteriormente, el nivel de ganado en las haciendas ha disminui– do, aumentando progresivamente el de los nativos, sobre todo el de aquellas Comunidades que están más cerca de las carreteras. No tene– mos datos concretos del número y potreraje actual, pero en las cercanías de Coca hay Comunas que ya sobrepasan las 40 cabezas, y siguen aumentando. En el resto de la Ribera el ganado vacuno no resulta rentable ni práctico, ya que hay que malvenderlo a comerciantes, o en caso de necesidad el animal es tan grande que acaba desperdiciándoselo. b) Otros: Más práctica ha sido la cría de cerdos, a base de plátanos, yuca y papayas. Se los tiene encorralados cerca de la casa o corre– teando libremente por las islas. Resulta un animal muy fácil para la venta y muy útil en caso de necesidad. Muchos años se llegaba a perderlos casi en su totalidad a causa de las súbitas crecientes; tam– bién, por tratarse de viejas razas degeneradas, necesitaban enormes cantidades de alimento y mucho tiempo para poderlos vender con beneficio. Cuando se trató de importar razas nuevas hubo el terrible problema de la aclimatación. Las gallinas han constituido una parte muy importante de la dieta Quichua. Las han criado casi todos, tanto para la venta como para el consumo familiar. Los huevos hasta hace poco no se consu– mían. También son frecuentes las pestes aviares que exterminan en dos o tres días todas las gallinas de una zona. Se han llegado a criar patos; pero con problemas. Son muy sucios y por la proximidad de un río tan poderoso, con frecuencia se van con la corriente. 108