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Hemos de señalar como pionero del turismo al Hotel Jaguar, situado por debajo de Mishahuallí, cuando el futuro aún era un inte– rrogante. Con alguna frecuencia se realizaron posteriormente, y se siguen realizando, algunos viajes circunstanciales de turismo, desde Misha– huallí hasta la zona del Napo Medio; mas el turismo propiamente dicho comenzó al levantarse en Coca una serie de hoteles y restauran– tes a donde la gente pudo acudir. Luego llegó el turismo organizado mediante Transturi, que prepa– ró un Flote! con capacidad para SO personas e inició así viajes y reco– rridos semanales por la floresta, los ríos y las lagunas. Este fue el ini– cio de la llegada de visitan tes internacionales a gran escala, ya que el antedicho Flote! ofrece todo tipo de servicios y comodidades a sus clientes, mediante aviones, cómodos y rápidos botes, buena cama y excelente mesa. Ya se sabe que el turismo conlleva ciertos deterioros en la zona; pero sabiendo hacerlo, también produce sus beneficios a los nativos, además de abrir nuevos horizontes, tanto a los que llegan a la selva como a los que los reciben. MEDIOS DE SUBSISTENCIA. Agricultura. La agricultura ha constituido hasta hace muy poco el 75 por cien– to de las actividades humanas en la cuenca del Napo. Esta agricultura estaba determinada por la chacra y la hacienda. La agricultura de chacra, a nivel casero, con medios rudimenta– rios y siguiendo el sistema de roza, tala y quema, a base de machete y hacha, rotando la tierra cada dos o tres años. No se puede pensar en un nomadismo, a pesar de este sistema rotativo, ya que el Quichua nunca se ha separado de su propia casa. Eran las chacras las que se cultivaban en distintos sitios, habilitando un pequeño tambo de paso; pero su primitivo puesto no se abandonaba nunca. 102

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