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Todos estos indígenas están perdiendo rápidamente sus costumbres al contacto con la civilización, que les fascina. Pero también es cierto que a excepción de los misioneros que viven con ellos desde hace veinte años, nada ni por parte de nadie, se ha hecho por mantener y concientizar a estas minorías. La misma labor etnológica de los misioneros nos parece reducida, en estos últimos años que ya entran a formar parte del fin de su proceso de aculturación. Shuaras.-Se trata de un grupo de unas veinte o veinticinco familias procedentes de la selva Sur-Oriental. Por razones de tierras y otros motivos internos se establecieron cerca del río Jivino por la carretera del Shushufindi Centro, en el lugar que llamaron Yamanunka. Sus tierras colindan con las de los Quíchuas del Napo, y su deseo es hacer un frente común para defender sus reservas. El grupo está bien concientizado y tiene espíritu de lucha; pe– ro se requiere un mayor contacto con los vecinos ribereños pa– ra establecer el puente de un diáálogo fraterno y positivo. Tetetes y Guaranís.- No ocupan propiamente el área en estudio, aunque los segundos entran dentro del Cantón Ore– llana. Los Tetetes pertenecen al 1Cantón Sucumbías, muy cerca de la zona que tratamos. Son un pequeño grupo de dieciseis o veinte personas en todo su primitivismo. Los Aucas, Aushiris o Guaranís se encuentran en un mo– mento crucial de aproximación, y se requiere tacto y pruden– cia para evitar enfrentamientos armados. Su contacto es fre– cuente con las Compañías que trabajan por los ríos Tiputini y Tivacuno. Las trochas pasan a unos veinte kilómetros de los bohíos Aucas. El mes de julio, la Compañía C. G.G., trabó contacto con ellos en el lugar correspondiente al meridiano 76/20, intersec– ción latitud 0.50, 25 m. de Tivacuno a Tiputini. Los Guaranís desvalijaron varias veces el campamento de la Compañía, pero 51

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