BCCCAP00000000000000000000250

El mayor número de Quíchuas se encuentra en el Auca Yacu. Nueve familias en el Huataracu y nueve entre los kiló– metros 30 y 40 carretera Shushufindi Centro. Los demás se encuentran esparcidos entre los grupos mestizos sin integrarse demasiado a ellos. En todos los casos se trata de Quíchuas provenientes de la región del Alto Napo, sin cohesión interna y un viejo com– plejo racial que les hace despreciar su idioma en público. El elemento joven trabaja en las Compañías y casi nunca aporta un centavo a su familia. Al contrario de los Quichuas del Río Napo que parecen .haber hallado una respuesta a sus aspiraciones mediante la creación de Ia FOIN (Federación Oriental de Indígenas) y la UNAE (Unión de Nativos de la Ama– zonía Ecuatoriana), participando en la defensa de sus tierras y exigiendo sus derechos de ciudadanos, estos grupos aislados parecen enquistados en medio de la avalancha colonizadora que siempre les hace en menos y los usa para el trabajo de sus chacras. Cushmas: Cofanes, Sionas y Secoyas.- Los Cofanes prác– tica~ente quedan fuera de la zona en estudio. Unicamente dos familias en Enokanke. Los Sionas, emparentados con los Secoyas viven en el río San Miguel, colindando con Colombia. Los Secoyas se han reunido en el lugar llamado San Pa– blo de Kanteziayá (Caña Brava) que dentro del proyecto de nuevas parroquias pertenecía a la de Shushufindi. Este grupo de unas 200 personas se halla bien unido, y al igual que los Quichuas del Napo, lo suficientemente concientizado como pa– ra exigir sus derechos al Gobierno. Parte de ellos siguen habitando las cabeceras del río Cu– yabeno, encima del Destacamento Militar de Puerto Montúfar, desde donde la mayoría se trasladó a Kanteziayá hace unos años por haber mermado la productividad de las tierras. 50

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz