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Los huevos son de consumo general. Algo menos en el caso de las verduras, que se consiguen a precios abusivos en los mercadillos de la carretera. Algunas familias se proveen de leche entre sus vecinos, al precio de 4 o S sucres el litro. Es frecuente el empleo de co– ladas de avena, y el café con el consiguiente azúcar o panela. La falta de proteína ha supuesto el subsiguiente aumento de animales domésticos, de más fácil matanza para el con– sumo diario, como los conejos, las palomas, los cuyes y los pavos. Entre las frutas es quizá el aguacate una de las mejores fuentes de energías, y actualmente lo cultivan el 49.48% de las familias. Otras frutas como las piñas, los mangos, las gua– has, etc., no tienen una importancia decisiva; sí en cambio, las naranjas, las mandarinas y los limones, que se producen en cantidades de exportación, y en este momento se hallan a punto de las primeras cosechas. Verduras de producción zonal son la'S achocchas y algunas variedades de pimientos que se hallan en proceso de aclima– tación con buenas esperanzas. Se está experimentando con algunas variedades de frijoles y coles, con tomates y zanaho– rias. Todos ellos requieren de muchos cuidados y no parecen rentables. No así con el pepino, la sandía y el rábano que crecen nor– malmente, pero adelantándose con rapidez a su proceso. Hay otras variedades de leguminosas y cucurbitáceas que no han sido probadas; pero que de modo silvestre crecen en la floresta, y podrían llegar a constituir un excelente alimento: Badeas, Zapallos y Calabazas, son ya conocidos y usados por los nativos de la Ribera del Napo y del Aguarico. Es indudable además que la selva produce otras plantas comestibles, las cuales no han sido debidamente estudiadas 37