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darían contaminadas, con peligro para la salud de quienes las usan a diario. LA RIQUEZA MADERERA Con las carreteras de penetración, un pequeño número de personas se viene dedicando a la explotación de la madera. En la carretera de Lago Agrio a Coca se cuentan nueve ase– rríos, siendo el mayor de ellos el de la Playwood. También la falta de puentes ha afectado fuertemente la producción de madera, ocasionando incluso el cierre de algunos aserraderos. Casi todos ellos emplean motosierras, tractores y camiones pa– ra el corte, arrastre y transporte de los troncos. La riqueza maderera existente en la zona de colonización prácticamente ha sido explotada mediante contrataciones ri– dículas con los dueños de los predios. Se estipulaba el corte de todo árbol maderable a razón de 50 sucres la unidad, más la tala y limpia de los alrededores. Fiados en ello y previendo sacar provecho de la limpieza general de sus potreros, los te– rratenientes vendieron a tan ridículo precio. Pero los aserra– dores no cumplieron su palabra de limpiar el resto, sino más bien destrozaron con sus máquinas y tractores los caminos y chacras. Incluso la carretera general por donde actualmente se mueven, queda destrozada para el servicio público, aumen– tándose el peligro para Ios conductores de vehículos con la cantidad de troncos abandonados a todo lo largo. Los troncos se cortan en ocasiones a bastante distancia dentro de la selva, y se aprovechan las crecientes de los pe– queños ríos o quebradas para conducirlos hasta la carretera, desde donde se arrastran con tractor o se llevan en camiones a los aserríos. La demanda nacional de madera es constante, sobre todo si se tiene en cuenta que al momento se trata de maderas finas : Cedro, Guayacán, Bálsamo, Canelo, Laurel, Ahuano y simil<m:s. 33

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