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. :. · , ·· -70- locura de calzar ajustado, ¿creéis, Padre, que no es probación asaz suficiente?" El Padre Calatorao r.ecomendó de nuevo al Barón que siguiese pensando maduramente sobre su posible vocación y que mientras tanto, como no era él quien lo había de decidir, comúnicaría el caso al Padre Provincial, que se encontraba ausente. Pasaron unos días, durante los que meditó largamente sobre el problema de su vocación. Respecto a la fecha .en que tuvo lugar esta visita de Redin al convento, hechas las oportunas averiguaciones, hemos logrado fijar.· la en mayo de 1637 (1). Varias otras entrevistas volvieron a tener guarián y pretendiente. Mientras que llegaba el permiso del P. Provincial, el P. Calato· rao quiso probar hasta dónde llegaba la firmeza en la vocación del solicitante y comproban si era verdad que no era¡¡ humanos motivos de despecho los que le impelían a ingresar en' la Orden. Para ello propúsole que se presentase a comunicar su.pretensión al Obispo de Pamplona, don Pedro Fernández Zorrilla, con quien Redin se hallaba muy enemistado debido a que dicho señor había comprado In granja llamada Olaz-Chipi, que pertenecía al mayonazgo de Re– dín, y la cual éste, en cierto apuro económico en que se vió, hubo de empeñarla. Tuvieron violentas discusiones con este motivo y a partir de entonces se encontraban distanciados. El abnegado pretendiente aceptó la humillación .con que el guar· dián le brindaba. Le mandó además éste que no sólo visitase a dichO' Prelado, sino que le pidiese su venia para ingresar en la Religión. Llegó don Tihurcio al Palacio Episcopal y fué recibido por el paje de guardia, que .era precisamente el mismo que le había recibido, meses antes, en Madrid el dia en que tuvo lugar la discusión con el Prelado. Tiempo faltó al servidor para comunicar· a Su ExcelenCia la llegada del inesperado visitante. Al oírle el Obispo se inquietó y exclamó en voz que pudo oír muy bien Redín, que se hallaba en la antesala: (1) Los historiadores de Redín no están acordes. Unos, como Anguiano, la ponen en mayo de 1636; otros, como el Marqués, del Amparo, en mayo de 1638; l e 1 eune, con más prudencia, dice que una tarde de otoño, sin fijar el año, que es precisamente lo que se trata de dilucidar. Y decimos que son falsas ambas opiniones. Primero la de Anguiano, ya que nos consta por el documento que hemos aduci-do ·anteriormente, que en 4 de abril de 1637 (o sea un año después) se hallaba don Tiburcio aún guarneciendo la frontera y aún no había tenido lugar el suceso de la Puerta del Sol; conceptuamos también errónea la opinión del Marqués del Amparo (mayo de 1638), ya que existen Alos cartas de agosto de 1637 (o sea cerca de un año antes de la fecha en que Amparo dice que tuvo lugar la visita), en que se nos dice que Redín había ingresado capuchino. .. '·•
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