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'' !. ' CAPITULO XVIII NUEVOS HORIZONTES Es recibido por el Papa lnocencio X.-FadU!Jades que le otorga este Pontífice.-Funda nuevas Misiones en las lndias.-Retorna a España y vuelve a las Indias con nuevos operarios.-Su magnífica labor misional.-No se le permite predicar en La Granada.-Se hu. milla ante unos soldados,.-Nubarrones.-Es designado para de- fender ante el Consejo de Indias el prestigio de la Orden. El Pontífice l'l!ocencio X les recibió con muoho cariño, y te– niendo en cuenta [as cualidades de FrayFrancisco le invitó a que se ordenase de sacerdote y hasta llegó a brindanle con el capelo de cardenal y con el generalato de las ga•leras pontificias. Fray Francisco se sobresaltó, pues comprendió que tras esta proposición, aunque hecha por el Papa con la mejor intención, podía renacer la pasión por las honras y dignidades. Así que contestó: -Bien se ve que Su Santidad no me conoce. Si supiese lo que soy no me hiciera tamaña proposición. Beatísimo Padre, yo soy un pecador de natural altivo y soberbio; así es que si vuest11a Santidad no me ayuda 11: ser humilde, me perderé sin re– medio. Extrañó a Inocencio X tal respuesta, y mirando fijamente a don Tiburcio, quien, postrado a sus pies, no levantaba &us ojos del suelo, interrogóle: · --¿Tan altivo sois o lo decís por humildad? -Soy tal-replicó aquél con viveza-que ni la misma tiara de San Pedro estaría segura de mi l>oberbia en la dignísima cabeza de Vuestra Beatísima. Edificóse el Santo Padre al oír' tan sincere confesión y no le ínsistió más.
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