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-- 1)!)- á esos m{,ritos el no pecar en Adan, que de otro modo, abandonada ú sí misma, hubiera pecado. Esto supuesto llegamos •Í la solución de la dificultad: Cuando Dios preveía todo esto; el hombre, el pecado, el débito, la redención, no tenían más existencia que su futuribilidad, era cierto segun erprimer decreto, que Adan existiría y que sería cabeza moral del género humano-era cierto que Adan pecaría y en él su pos– teridad-pero esa certeza supone un decreto subsi– guiente: que Dios quiera ó no quiera dejar al género humano en el estado de postración en que lo contemplaba. Si quiere puede eximir á alguno de ellos y hacer que no haga causa con Adan, y como ya para entonces se preven los méritos de Cristo, puede Jesucristo merecer esa excepción; resultando, que cuando en el tiempo Adan exista y se le intime el precepto y desobedezca á Dios y peque, como ese tal no hace entonces causa comun con él, ni desobedece ni peca en Adan, no contrae el débito próximo, lo cual ciertamente hu– biera acaecido á no haber intervenido particularísima– mente los méritos del Redentor. Luego puede haber carencia de débito y verdadera redención. .En resúmen: El débito próximo se incurre de hecho cuando Adan peca-pero como para cuando Adan pecó in tempo1·e, los méritos de Jesucristo habían podido sacar á su Madre de la ley comun, en la cual hubiera necesariamente estado y faltado á no haber intervenido su Hijo, Maria puede ser vere et proprie redempta sin contraer el débito próximo. CAPÍTULO HT Influencia de Hscoto en la cuestión de fa Inmaculada Conl'l'pción Probado en lo <JUe hasta ahora llevamos dicho, que Escoto enseñó y defendiú la Concepción Inmaculada, pero no otra que la Inmaculada de Pío IX; cabe pre– guntar: ¿qué parte tuvo Escoto en esta cuestión? El

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